EL TESORO DE LOS VILLARES

Aunque el entorno de Los Villares apenas ha sido objeto de excavaciones arqueológicas realizadas de forma sistemática y científica, es conocido el hallazgo casual de interesantes vestigios que testifican la presencia de distintas civilizaciones en el territorio que hoy constituye el término de nuestro pueblo.
Entre los hallazgos destacan dos tesoros, siendo el más notable el conocido como “Tesoro de Los Villares”.


En 1892, en el paraje conocido como la Vega del Canal, a orillas del río Eliche, fue encontrado de modo casual por Lorenzo García Higueras, un conjunto de plata formado por un recipiente troncocónico, un torques (collar o gargantilla) de alambres trenzados, una fíbula (hebilla a manera de imperdible), y un puñado de monedas de oro, plata y bronce.


Para evitar que en aplicación de la ley entonces vigente sobre hallazgos fortuitos de tesoros, tuviera que repartir su valor con el propietario de la finca “falseó el lugar del hallazgo asegurando que lo había encontrado al labrar unos olivos de su propiedad sitos en el paraje de la Guindalera” según informa Manuel López Pérez, en el nº 14 de la revista escolar “La Fuente“. Poco después de su hallazgo, el tesoro fue vendido a D. Antonio Vives y Escudero Madrid 04/02/1859 – 19/05/1925), coleccionista y arqueólogo de origen menorquín y Académico de la Real Academia de Historia. Desmembrado según su interés, la fíbula y las monedas -unos 1.000 denarios- acabaron en paradero desconocido.

Las otras dos piezas, las más notables, fueron vendidas el 13 de septiembre de 1892 al Museo Arqueológico Nacional, siendo inventariadas con los números 18022 (cuenco) y 18023 (torques) y pasaron a exponerse en la Sala II, Sector 2º, Vitrina 25.
El vaso de plata tiene forma tronco-cónica, con una altura de 9,20 cm y un diámetro de boca de 16 cm, pesando 329 g. De tipología netamente ibérica, lo más llamativo es la cruz de oro que lleva embutida. Una zona del borde está dañada. 

 

 El torques trenzado de plata, de sección más ancha en el centro, tiene sus extremos rematados por presillas para facilitar el cierre. Es semirrígido, con un diámetro de unos 16,5 cm y un peso de 85,50 g. Atribuido a la cultura ibérica, aunque con influencia griega.

 

La cronología del tesoro nos la da el eminente Don Manuel Gómez Moreno al reseñar en sus “Misceláneas” que este tesoro es coetáneo del tesoro de Azuel (Albacete). Un tesoro que guarda el Museo Arqueológico Nacional, testigo de que la presencia humana en nuestro término municipal fue muy anterior a la repoblación del siglo XVI.